lunes, 30 de enero de 2012

El castillo de Santa Catalina



Cuenta la tradición que el 25 de noviembre de 1246, día de Santa Catalina, Alhamar, rey de Granada entregó el castillo de Jaén a Fernando III el Santo. De este modo, quedó proclamada la patrona de la ciudad. En realidad este castillo es la unión de tres partes: el alcázar viejo, que viene de la época califal (a partir del s.VIII, aunque se cree que en época ibérica ya había restos defensivos) y que una vez desaparecida la alcazaba original se convirtió en 1965 en lo que hoy es el Parador Nacional; el alcázar nuevo, más o menos de la época de Fernando III el Santo, con su patio de armas y su torre del homenaje y, finalmente, el abrehuí, una prolongación del alcázar viejo que actuaba como defensa con su muro y torreones. Lo mejor del castillo son sus vistas de toda la ciudad y de los inmensos campos de olivos que rodean el núcleo urbano, ya que está situado en una montaña a 820 metros de altitud (hay que recorrer unos kilómetros en coche através de un atractivo paraje). También hay una cruz blanca muy fea colocada en 1951 y llena de pintadas en lo que sería un agradable mirador justamente en el punto topográfico más alto de la ciudad. Según la leyenda de las tres morillas de Jaén, Aixa, Fátima y Marien, hijas de Solimán, el que mandaba en el castillo, resulta que se enamoraron de un emisario del rey cristiano, pero solo una consiguió el amor.

2 comentarios:

  1. Tres morillas me enamoran en Jaen. Qué cosas guarda uno en la memoria.

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  2. Recorrido por las artes, la historia, las leyendas y las tradiciones de este país, se puede pedir más ??

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