jueves, 12 de julio de 2018

Nueve calles


Grañón es el último pueblo de La Rioja para los que hacen el camino hacia Santiago de Compostela. Su iglesia de San Juan Bautista es del s.XV y tiene un espectacular retablo renacentista del siglo XVI. En torno al antiguo Monasterio de San Juan creció el pueblo: se formó con cuatro calles paralelas y otra que los atraviesa. La iglesia (y el albergue de peregrinos) es lo que queda del monasterio y su retablo se construyó entre 1545 y 1556. Natura Borgoñón hizo la arquitectura del banco, Bernal Forment y Juan de Beaugrant fueron los escultores y Francisco de Lubiano, el artífice de la policromía. Se estructura en tres cuerpos y nueve calles. Descansa sobre un basamento de piedra. En el centro del primer piso está la Virgen María (sentada) con el Niño y una escena llamada La Quinta Angustia. En el segundo piso las imágenes de San Juan Bautista y San Juan Evangelista (en posiciones muy originales). La Asunción de la Virgen María está en la calle central del tercer piso y, arriba, el Calvario.

San Roque, San Sebastián, San Gregorio Magno, San Jerónimo, Santa Bárbara, San Vitores y Santo Domingo de la Calzada (atendiendo a un necesitado) se encuentran repartidos por el esplendoroso conjunto.

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