Tito Gil tenía una gestoría pero su verdadera vocación era ser actor. Paula no era feliz en un matrimonio y en una panadería y se queda dormida en un tren. Dos destinos coinciden en San Albín, un pueblo de la sierra de Madrid donde se platean reavivar el Milagro y la Apoteosis de la Santa Niña Rosalba, una representación teatral que dará fama y aliciente turístico a esta localidad perdida.
Luis Landero (Alburquerque, Badajoz, 1948) nos deleita, de nuevo, con la historia de seres que, teniéndolo todo en su contra, deciden apostar por un cambio en la vida y una ilusión a la que agarrarse. En 1990 Landero obtuvo el Premio Nacional de Narrativa por Juegos de la edad tardía.
"Hay muchas historias que, cada una a su manera, cuentan siempre la misma historia: el caso singular de un vano intento, de un sueño que tarde o temprano acaba desembocando en la inmisericorde realidad, con todo lo que tiene de heroico, de lastimoso, de inútil, de cómico, de trágico y hasta de ridículo, según el sueño sea o no más fuerte y verdadero que la realidad misma."
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