Enrique II de Inglaterra (1133-1189) fue el primer rey de la dinastía de Plantagenet. A lo largo de su reinado reforzó la jurisdicción real en detrimento de los tribunales feudales y eclesiásticos, es decir: le quitó poder a la Iglesia. Con las nuevas leyes a un clérigo se le podía juzgar en una corte secular y, claro, eso a los curas no les hacía mucha gracia.
Tomás Becket (1118-1170) fue canciller de Inglaterra con Enrique II y arzobispo de Canterbury (dice que pasó de seguidor de sabuesos a pastor de almas). Como no estaba de acuerdo con los cambios legales se exilió a Francia, pero en un momento dado volvió. Al rey no se le ocurrió otra cosa que proclamar a los cuatro vientos algo así como "¿Pero es que nadie va a librarme de este cura metomentodo?". Dicho y hecho: cuatro caballeros fieles al rey tomaron las palabras de su señor al pie de la letra y le asesinaron en la catedral de Canterbury el 29 de Diciembre de 1170.
Enrique II se había casado con Leonor de Aquitania y una de sus hijas, Leonor de Plantagenet, se vino a Castilla a casarse con Alfonso VIII. Como dote de boda le dio un montón de pueblos y villas, entre ellas la ciudad de Soria y en la iglesia de San Nicolás mandó pintar un fresco con la historia de Becket (episodio histórico que conmovió al cristianismo).
La iglesia de San Nicolás está en ruinas desde el siglo XIX, pero en 1977 y mientras se hacían unos mínimos trabajos de limpieza, detrás de un muro se descubrieron estas sencillas pero intensas pinturas que recuerdan una historia olvidada pero intuída: la estrecha relación entre el poder religioso y las manifestaciones artísticas en la España del siglo XII.
Afortunadamente hoy día las ruinas de San Nicolás han sido restauradas y lo que queda de las pinturas (tras un cristal) pueden ya admirarse (o adivinarse).
Esta parte de la historia, es decir lo de la iglesia de San Nicolás me era totalmente desconocido.
ResponderEliminar