El mejor bacalao rebozado de Madrid se puede tomar en la barra de Casa Revuelta. Es un sencillo y acogedor bar que se encuentra en Latoneros, 3 (calle que va de Toledo a la Cava de San Miguel, al lado de Puerta Cerrada). Sus cuatro mesitas con taburetes, sus vigas de madera, su barra de aluminio y un servicio de camareros impecable hablan de la callada labor de muchos años que allí ha realizado Santiago Revuelta (hoy nonagenario y que se asoma alguna vez al mostrador para controlar el negocio) desde que llegó al Madrid de los años 3o del siglo pasado con un hatillo al hombro y fundó su negocio en 1966.
Un bacalao perfectamente desalado, jugoso y sin espinas es la joya de la corona. Pero también las albóndigas de ternera, los callos, los calamares en su tinta, los torreznos, las empanadillas de bonito, las sardinas rebozadas. Y por supuesto, los reyes indiscutibles de la tapa madrileña: el chorizo, el queso y las aceitunas. Todo con una caña bien tirada (o un chato de vino).
¡Al fondo hay sitio, señores!, te dirán en cuanto te asomes a la puerta. Y si logras descubrir un hueco entre la multitud, habrás conquistado -sin querer- un trozo del corazón del auténtico Madrid.
Oye es verdad, que difícil es comer un bacalao rebozado en condiciones, siempre les queda como estopa, seco y encima salado.
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