lunes, 18 de julio de 2011

Jueves La Saca




El jueves siguiente a San Juan (o el mismo San Juan si cae en jueves) hay una extraña ceremonia en el monte Valonsadero de Soria. Todo el mundo se pelea por coger sitio en las peñas para tener buena posición y ser testigo a las doce en punto de la mañana de la salida de los toros desde los corrales guiados por caballistas através de la cañada, y abrirles paso entre la multitud hacia la ciudad: les esperan las puertas abiertas de la Plaza de Toros "La Chata". No es un encierro, es el arte de conducir entre caballos una manada de novillos hasta la capital. Los pocos kilómetros entre campo y urbe pueden durar horas (dicen que un toro está por la Venta del Aire, todavía están por Traimsa, dicen que dos han vuelto hacia atrás a la altura de la Barriada de Yagüe...). Es un acontecimiento que ahora se sigue al minuto por la radio y la televisión como si fuera el relato de un partido de fútbol o la gala de los oscars. Además es fiesta local. La gente va a comer al monte tres horas antes y se quedan hasta tres horas después dando saltos y bebiendo vino. Para algo que dura dos segundos y, si te despistas, o se te pone una señora gorda delante, te quedas sin ver nada. Un día entero de alboroto para algo que es visto y no visto. Posiblemente sea esto la esencia de la fiesta. Ir al monte, ver a los toros liberarse de las tapias, y encontrarte con éste o con áquel, pero cuidando de buscar un camión o una roca para ponerse detrás. La Saca es, como todo lo mágico, algo raro, inexplicable, que lo cuentas y te tratan de loco.

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