martes, 30 de agosto de 2011

Medina del Campo






Importante mercado medieval, fue allí donde nació la letra de cambio y el concepto "bancarrota" aplicado a la economía. Hoy cuenta con 21.000 habitantes y es una interesante ciudad situada en medio de la provincia de Valladolid que cuenta con la impresionante Colegiata de San Antolín (obra de Gil de Hontañón, s.XVI) y el interesante Castillo de La Mota (s.XIV-XV) donde hay un escudo de los Reyes Católicos sin la granada y que fue cárcel de estado y sede de la sección femenina en el franquismo (su construcción arranca de la época de Juan II de Castilla y su hijo Enrique IV). En Medina se puede comer un estupendo lechazo asado en el Restaurante Continental y comprarse unas cocadas en El Horno o unas pastas de piñones en Cipriano Martín (las dos pastelerías en la calle Padilla). En el Museo de las Ferias te enseñan la historia de la ciudad centrada en el alcance internacional de las que allí se celebraban durante los siglos XV y XVI (hay pesas, balanzas y cajas de cambista). Todos los domingos del año los comercios están abiertos. En la Iglesia de Santiago el Real se puede contemplar la estupenda exposición de arte religioso de la edición de 2011 de Las Edades del Hombre, donde se pueden admirar desde un Cristo crucificado de Gregorio Fernández del s.XVII hasta una enorme corona de espinas de hierro (en realidad, arados) de José Luis Alonso Coomonte de 1999. En Medina del Campo te puedes tomar un rueda con una deliciosa tapa por 2,20 euros. También son interesantes el Balneario de Salinas (hotel de 1891), a las afueras, y las Reales Carnicerías (mercado del s.XVI).



En Medina del Campo han vivido vacceos (tribu prerromana), visigodos y fue donde Isabel la Católica murió en el año 1504.

3 comentarios:

  1. Un lugar que merece ser visitado con calma, pero preferiblemente en domingo, para vivir la extraña sensación de que todos los comercios, los bancos, etc., estén abiertos ese día.

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  2. En tiempos bastante más importante que Valladolid, hace múchísimo, pero muchísimo que no visito esas tierras.

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  3. Pues eso, que hay que visitarla en domingo, para sorprenderse.

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