martes, 5 de abril de 2016

Los Alares


Porches y patios son la antesala de las casas de Los Alares (Toledo). Situado en plenos Montes de Toledo, debe su nombre a los alares (trampas para perdices) que históricamente colocaban los vaqueros en la zona. La parroquía está dedicada a la Virgen del Pilar (en origen, del s.XVIII, hoy restaurada) y tiene campanas eléctricas. Rodeado de sierras y con calles empedradas, todavía conservan edificios antiquísimos, como el antiguo salón de baile y cine (de piedra) o la segunda casa que se hizo en el pueblo (foto), que data de 1763, en la que había frailes que trabajaban la cera, ya que por estos lugares le tienen mucho cariño a la miel. Unos ochenta habitantes (la mayoría jubilados) viven aquí. Se cultivan garbanzos y en la calle del Álamo, las vecinas se ponen en verano a bordar.

En el Bar Centro Social Carmelo te venden queso de Guadamur (una de las excelencias gastronómicas toledanas, el semicurado mezcla de vaca, oveja y cabra es una delicia). Carmelo vende jarras de barro para el vino y unos azulejos con la leyenda "Amigo que no da y cuchillo que no corta, porque se pierda no importa".

3 comentarios:

  1. Me ha encantado la leyenda de los azulejos. Te estas haciendo un recorrido por los pequeños pueblos muy interesante.
    Saludos

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  2. Iglesia, casas y bar. Con eso se hace un pueblo. Y Los Alares no iban a ser menos. Otra cosa es que tuviera cine, como éste que hoy nos enseñas. Tenerlo en otro tiempo era privilegio de unos pocos pueblos y salón de baile otro lujo. Hoy son ochenta habitantes, pero seguro que en otros tiempos eran casi la capital local de la zona.
    Un saludo

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  3. Decirte que se te ha ido el dedo en el titular y has hecho una loa al pueblo. Quizá el subsconciente.

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