viernes, 22 de julio de 2016

Una luz cegadora


Lo que abrió el monje fue el lujoso armario donde se guarda bajo llave la copa de oro del s.XVI que contiene la reliquia sagrada del Diente de Buda. Cuando hice la foto había allí una copa de oro, pero al visualizar lo captado se transformó simplemente en una luz cegadora que te obliga a pensar que la fe que te abre la puerta de los sueños y de las esperanzas la tenemos que poner nosotros. Ese Diente marcó la historia de Sri Lanka: estuvo en Anuradhapura, en Polonnaruwa y, finalmente, llegó a Kandy en su ajetreado trayecto por la historia. La leyenda dice que quien tenía el diente tenía el poder y eso provocó guerras y persecuciones. Hasta los portugueses lo robaron en una ocasión. El diente es un canino izquierdo de dos centímetros y medio. La religiosidad y el entusiasmo que mostraban los peregrinos (que ponían flores en un amplio mostrador cercano) fue una de las concentraciones populares más potentes de las que fuimos testigos.

Al morir Buda, que fue incinerado y repartidos sus restos por diversos lugares, un diente llegó en el s.IV a.C. a Sri Lanka escondido en el peinado de una princesa. Una vez al año se celebra una espectacular procesión por las calles de Kandy donde se pasea la reliquia (y su copa) a lomos de un elefante bellamente vestido. Tiene que coincidir con una noche de luna llena de agosto y esta fiesta se llama Perahera. En este país el budismo es la religión predominante (69%), seguida del hinduísmo (16%).

Así fue nuestro viaje a Sri Lanka: frondosidad en el paisaje y profundidad en la contemplación. Una isla de ensueño con mucho fondo espiritual.

2 comentarios:

  1. Al fin y al cabo las religiones se parecen entre sí y en ellas se producen movimientos de adoración similares: reliquias, oración, procesiones, espiritualidad, relatos y tradiciones. Bonita fotografía.
    Un saludo

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  2. Como dice Carmen es muy revelador lo que se parecen unas religiones a otras. Espero que esa luz cegadora no te aparte del buen camino (que es el nuestro, claro).

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