martes, 1 de octubre de 2019

Sídney


De repente, un avión (bueno, dos) y Sídney. Ciudad de rascacielos y centros comerciales del siglo XIX, de barrios arrancados a las rocas y de un inmenso Jardín Botánico. De un puente de hierro de 1932 y de un edificio de la Ópera de 1973. La ciudad donde vuela el cucaburra y donde bailan las hojas de los eucaliptos. La vida comenzó justo en el año 1788 cuando llegaron barcos con convictos ingleses para cumplir su deuda con la sociedad: se dedicaron a construir casas y huertos. Ciudad de historia reciente y de hamburguesas de canguro y cocodrilo, de cerveza y de fish & chips. Donde, desde una piedra, la esposa del gobernador, la Sra. Macquerie, se sentaba a contemplar la bahía, a pensar y a mandar a sus criados. La fascinante calle comercial de George St. y la espléndida playa Bondi Beach. Mucho mar y cielo tiene Sídney.

2 comentarios:

  1. Ah, eso sí es un de repente que me gustaría tener a mí pronto.

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  2. ¿De repente? ¿Un avión? Si no recuerdo mal yo tomé unos cuantos o hice muchas escalas. Llegué maltrecho pero mereció la pena.

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