martes, 16 de agosto de 2011

Keckskemét



La plaza Kossuth congrega a su alrededor un primoroso abanico de pequeñas joyas arquitectónicas: una iglesia católica del s.XVIII, el ayuntamiento rosado de 1891 de estilo secesión con un carrillón que ofrece a las horas en punto melodías tradicionales, una iglesia barroca del s.XIV (San Miguel), una iglesia calvinista del s.XVII, el Palacio Ornamental de 19o2 con tejas verdes y naranjas, una sinagoga del s.XVIII, una iglesia luterana del s.XIX y un teatro neobarroco de 1896 que lleva el nombre del dramaturgo local Jozsef Kantona. Keckskemét es la ciudad del unicum, un licor de hierbas amargo que surgió como remedio médico para el rey Francisco I. En el restaurante Liberté degustamos queso frito, solomillo y un postre delicioso llamado madartej o leche de pájaro que es una crema de vainilla sobre la que flotan unas islas de clara batida. Kekcskemét tiene unos 110.000 habitantes y un centro comercial que recuerda el antiguo molino que allí existía en la fuente con una piedra redonda de donde salen unos chorros de agua que hacen unos curiosos dibujos en el aire. El hotel Aranyhomok con su estética tipo cubo con múltiples cuadrados no desentona en el aire atrevido de los edificios de la ciudad.

1 comentario:

  1. Quiero saber cómo habéis hecho el viaje. ¿En coche particular? ¿Tren? ¿Bus?. Ni Romy Shneider conoció tantas ciudades húngaras.
    Un abrazo

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