miércoles, 26 de septiembre de 2012

Cortezas y tallas barrocas


Nuestra excursión alcarreña comenzó en Tendilla, pueblo que tiene fama por sus cortezas de cerdo (crujientes y sabrosas) y por sus bizcochos borrachos (dulces y aromáticos). Tienen una calle Mayor con hermosos soportales y la iglesia de la Asunción, del s.XVI, que resulta estar inacabada (como si se les hubiera terminado el presupuesto o las ganas de seguir construyendo). También hay una fuente del s.XV con un escudo nobiliario. Un cartel recuerda que por aquí pasó Cela el 13 de Junio de 1946 y que le hizo ilusión conocer el lugar donde Pío Baroja tenía un olivar "para tener aceite todo el año". Nosotros comimos en El Ferial, que es un mesón estupendo donde probamos las migas con huevo, el cabritillo frito con ajos y la tarta de moras, acompañado todo de un vinillo manchego de Villarrobledo. Excelente.
Continuamos el viaje hacia El Olivar, pueblo situado al lado del pantano de Entrepeñas (ahora con poca agua, el pobre) y que tiene un agradable recorrido por sus calles con casas de piedra elegantemente construídas. Hay una picota o rollo a la entrada y en sus fachadas los ventanucos tienen simpáticos visillos de tela con finos bordados.
También Cela estuvo en Budia (el 9 de junio). Su plaza, dijo, "parece la de un pueblo moro". En la oficina de turismo te enseñan la habitación que en 1946 era cárcel, donde el escritor gallego pasó la noche por decisión del alcalde, aunque estó lo contó después, no en su libro del famoso viaje. En la iglesia de San Pedro Apóstol, del s.XVI, tienen dos tallas barrocas del escultor granadino Pedro de Mena, que representan al Ecce Homo y a la Dolorosa (cortados por la cintura y con sorprendente realismo en las manos, sobre todo del cristo, que casi da escalofríos mirándolo de cerca, con su corona de espinas y su soga al cuello). También hay una una capilla con la imagen de la Virgen del Peral de la Dulzura (lógicamente con una pera en la mano). El altar del templo está decorado en su frente con plata mejicana. Nos tomamos un café en el bar Las Escamaras, en los soportales del ayuntamiento al lado de las columnas estilo "reyes católicos".

1 comentario:

  1. Me gusta esa idea de iglesia inacabada, una tierra tan cubierta de ellas se merece un inacabado como símbolo de rebelión. Dudo que ese fuera el motivo, pero reconforta.

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