martes, 25 de octubre de 2016

Nazaré


Portugal es mar, y el mar al que nosotros nos acercamos fue el Atlántico que roza la ciudad de Nazaré. Se trata de un encantador puerto de mar y lugar turístico en el que destaca, en lo alto de un acantilado llamado Sitio, el Santuario de Ntra. Sra. de Nazaré, que es la que manda en el lugar. El templo es barroco, del s.XVII, tiene fachada con antecuerpo en forma de galería, dos torres gemelas y un reloj en medio. El interior es de una sola nave, con el altar mayor de talla dorada y paneles de azulejos holandeses en colores blancos y azules, del s.XVIII. Se puede subir por una escalera a venerar la imagen de la virgen, cuya festividad se celebra el 14 de septiembre (nosotros fuimos unos días antes y ya había un ambiente de peregrinos, con puestos de recuerdos regentados por unas señoras con unas faldas amplias y cortas que enmarcaban sus piernas con calcetines blancos). En la Ermita de la Memoria, que está cerca, hay un panel de azulejos que representa el milagro de la virgen: levitando frente a un jinete a punto de despeñarse precipitándose al abismo mientras perseguía un venado.

En el Bar Mar de Paixao, nos tomamos una tosta mixta (jamón y queso) con una cerveza Sagres y unos dulces de crema y mazapán. Un funicular te sube y te baja con regularidad desde Sitio hasta la playa (foto).

1 comentario:

  1. Lo conocí una noche de verano rebosando turistas coloraos por las terrazas. Le pedí a Nuestra Señora que me sacara de allí.

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