martes, 27 de noviembre de 2018

Península de la Magdalena


Santander regaló a Alfonso XIII 24 hectáreas y media para que se hiciera una residencia de verano. Entre 1908 y 1912 los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega construyen el Palacio de la Magdalena, en diseño montañés con aires ingleses. El rey lo utilizó hasta 1930. En 1977 Don Juan de Borbón lo vende al ayuntamiento por 150 millones de pesetas. Actualmente en verano la Universidad Menéndez Pelayo lo utiliza para cursos de verano (al igual que las llamadas Caballerizas, acondicionadas como residencia de estudiantes).

Un paseo por este delicioso rincón de Santander, hoy parque público, te permite disfrutar de vistas de la bahía espectaculares. A lo lejos se distingue La Horadada (una roca donde la leyenda dice que chocó la barca que traía las cabezas de San Emeterio y San Celedonio) y la Isla del Moro (con un faro de 1858). También están el Parque Marino (en el agua del mar que entra viven focas, leones marinos y pingüinos) y el museo El Hombre y el Mar, con tres galeones utilizados por Vital Alsar en su travesía por el Atlántico y una répica de la balsa con la que surcó el Pacífico en 1970. Los árboles que se han talado conservan en su tocón esculturas de madera muy originales.

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