Ésta es otra de las villas amuralladas de Álava. Salinillas de Buradón está cerca de Labastida (de la que depende) y fue fundada en 1264 por Alfonso X el Sabio. Aquí hubo un manantial salino que facilitó riquezas a sus pobladores (prueba de ello son las espléndidas casas señoriales que encontramos). Dos puertas permiten el acceso a la población (una al norte, otra al sur) y dos calles unen estas entradas. Vimos la iglesia de la Inmaculada Concepción, el Palacio de los Condes de Oñate (del que se conserva solo la fachada y que tiene en su interior una torre defensiva llamada de los Sarmientos) y el Hospital de Santa Ana (del s.XV).
Salinillas es camino de paso entre la llanada alavesa y las tierras riojanas. A un tiro de piedra del Ebro, tocando ya Burgos y La Rioja. Nos llamó la atención de su arquitectura los soportales sostenidos con columnas de madera, que le daban al lugar un indudable toque medieval. Varias fuentes abastecen de agua a sus habitantes. A las afueras en El Rincón de Buradón (restaurante con una agradable terraza), nos tomamos un café antes de proseguir el camino.
Reconozco que Álava me es un territorio muy poco conocido y que me has hecho pensar que hay que poner remedio pronto.
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