jueves, 14 de abril de 2011

Torrelaguna


Villa madrileña asentada en la vega del Jarama, vivió su esplendor en el renacimiento: así lo atestiguan sus palacios, sus casas blasonadas, sus ermitas y sus conventos, todo esto labrado en rubia piedra caliza. Su fascinante iglesia de La Magdalena (s.XV-XVII) es un ejemplo de arte gótico que se respira al pasear por sus tres naves cubiertas con bóvedas de crucería. En la portada, una escultura con el tema de la imposición de la casulla a San Ildefonso.

Se come deliciosamente en el Mesón Antigua Casa Patata (unas cuevas del siglo XVII): migas, cochinillo asado y leche frita. Al finalizar te ponen una botella con licor de frutas que te deja el cuerpo reconstituído para un buen rato. Momento ideal para recorrer los rincones que frecuentaron sus más ilustres habitantes.

EL CARDENAL CISNEROS (1436-1517) nació allí. Fue arzopisbo de Toledo, franciscano e inquisidor. Al morir Felipe el Hermoso fue Presidente del Consejo de Regencia de Castilla y cuando falleció Fernando el Católico fue Gobernador del Reino de Castilla. Era hijo de hidalgos pobres. Estudió en Alcalá de Henares, Salamanca y Roma y fue confesor y consejero de Isabel la Católica. Fundó la Universidad Complutense de Madrid, a la que le dio un aire humanista y universal. En la Plaza Mayor hay una cruz que señala el solar donde nació y una placa en el antiguo Pósito que recuerda que donó a los pobres 7.000 fanegas de trigo.

JUAN DE MENA (1411-1456) murió allí. Poeta cordobés perteneciente a la escuela alegórico-dantesca, se hizo famoso por su Laberinto de fortuna, poema dedicado al rey Juan II de Castilla en el que presenta la máquina del mundo con sus ruedas y círculos. Fue un innovador tanto en la forma como en el fondo de la poesía española (el uso de dodecasílabos y la renovación del léxico). En la iglesia de la Magdalena hay una piedra que dice:

patria feliz, dicha buena/ escondrijo de la muerte/ aquí le cupo por suerte/ el poeta Juan de Mena

Extasiados de cultura, nos metimos en Casa Martín a tomarnos un café con leche y una torrija y luego fuimos a Casa Santa Marta a comprarnos una pastilla de jabón de chocolate.

1 comentario:

  1. Esta vez me quedo con la menor, sin despreciar el cuerpo central de la entrada, una excelente sugerencia para ir descubriendo nuestra patria. Pero es que estamos en tiempo de torrijas y potaje de garbanzos con bacalao y espinacas.

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