domingo, 30 de septiembre de 2012

Mercado de Santa Caterina


En el barrio de la Ribera de Barcelona, se inauguró en 1848 el primer mercado que suministró de una forma organizada comestibles a la población. Este mercado ocupó los solares que correspondían al convento de Santa Caterina derribado en el año 1835 por un incendio. Los dominicos tenían un convento cerca de la plaza de Sant Jaume que se les quedó pequeño y pronto (finales del s.XIII) decidieron buscar unos terrenos donde construir un monasterio más grande. Buscaron unos edificios entre los que estaba incluída una pequeña capilla dedicada a Santa Catalina, donde se construyó con el tiempo un hermoso claustro, algunas de cuyas piedras todavía pueden verse actualmente.
Lo que ahora vemos es el Mercat de Santa Caterina, inaugurado en el 2005 y diseñado por los arquitectos Enric Miralles y Benedetta Tagliabue, siendo uno de sus diseños más características la cubierta colorida de Toni Comella. Desde el barrio gótico hay que traspasar la Via Laietana a la altura de la plaza de Antonio Maura y enseguida se ve.
Además de puestos de mercado tradicional y pequeñas tiendas delicatessen, también está el restaurante Cuinas de Santa Caterina, donde te puedes comer un exquisito plato de butifarra con judías de Santa Pau y foie, acompañado de una copa de vino blanco del Penedès Petit Caus y una cestita de exquisitos panes por 16,55 euros. Te lo puedes tomar en la barra, mientras ves como te lo están preparando allí mismo.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Museo Marès


Situado al lado de la catedral de Barcelona, ocupando varios palacetes en pleno barrio gótico, se encuentra el Museo Frederic Marès. Este escultor y coleccionista de arte, fallecido en el año 1991, donó a la ciudad todas las obras que había reunido a lo largo de su vida. Piezas que van desde la época antigua hasta el s.XIX. Una Aparición de Jesús del maestro de Cabestany procedente de Sant Pere de Rodes del s.XI, tallas policromadas de virgenes con niño (muchas) del s.XII, una puerta (entera) que estaba en Anzano (Huesca) del s.XIII, esculturas de santos de Pedro de Mena o de Alonso Berruguete y, el motivo que inspiró la visita a este museo: el calvario de los s.XIII-XIV de San Pedro de Tejada (Burgos), iglesia vacía que visitamos hace un mes. La cantidad de obras de arte procedentes de Castilla (en general) hace temblar la sensibilidad de quien observa la ausencia de esas mismas imágenes en el lugar de donde provenían.
Además, Frederic Marès era un apasionado del coleccionismo: objetos de forja, obras relacionadas con la virgen de Montserrat, armas, objetos femeninos, objetos de fumar, floreros de conchas, fotografías, relojes, cerámica, piezas religiosas y objetos masculinos. Cada tema, en una sala independiente.
El Museo Frederic Marès es un viaje hacia la pasión por tener cosas, la acumulación de objetos: da igual si hablamos de tallas románicas o de envoltorios de papel de fumar. Aquí hay muñecas de porcelana, abanicos, teatrillos de cartón, pastilleros, esculturas del s.V antes de Cristo, retablos del s.XVI e incluso piedras de la muralla original de Barcelona del s.XIII (porque pasaba por allí).
Todo un viaje a la belleza y a la abundancia.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Cortezas y tallas barrocas


Nuestra excursión alcarreña comenzó en Tendilla, pueblo que tiene fama por sus cortezas de cerdo (crujientes y sabrosas) y por sus bizcochos borrachos (dulces y aromáticos). Tienen una calle Mayor con hermosos soportales y la iglesia de la Asunción, del s.XVI, que resulta estar inacabada (como si se les hubiera terminado el presupuesto o las ganas de seguir construyendo). También hay una fuente del s.XV con un escudo nobiliario. Un cartel recuerda que por aquí pasó Cela el 13 de Junio de 1946 y que le hizo ilusión conocer el lugar donde Pío Baroja tenía un olivar "para tener aceite todo el año". Nosotros comimos en El Ferial, que es un mesón estupendo donde probamos las migas con huevo, el cabritillo frito con ajos y la tarta de moras, acompañado todo de un vinillo manchego de Villarrobledo. Excelente.
Continuamos el viaje hacia El Olivar, pueblo situado al lado del pantano de Entrepeñas (ahora con poca agua, el pobre) y que tiene un agradable recorrido por sus calles con casas de piedra elegantemente construídas. Hay una picota o rollo a la entrada y en sus fachadas los ventanucos tienen simpáticos visillos de tela con finos bordados.
También Cela estuvo en Budia (el 9 de junio). Su plaza, dijo, "parece la de un pueblo moro". En la oficina de turismo te enseñan la habitación que en 1946 era cárcel, donde el escritor gallego pasó la noche por decisión del alcalde, aunque estó lo contó después, no en su libro del famoso viaje. En la iglesia de San Pedro Apóstol, del s.XVI, tienen dos tallas barrocas del escultor granadino Pedro de Mena, que representan al Ecce Homo y a la Dolorosa (cortados por la cintura y con sorprendente realismo en las manos, sobre todo del cristo, que casi da escalofríos mirándolo de cerca, con su corona de espinas y su soga al cuello). También hay una una capilla con la imagen de la Virgen del Peral de la Dulzura (lógicamente con una pera en la mano). El altar del templo está decorado en su frente con plata mejicana. Nos tomamos un café en el bar Las Escamaras, en los soportales del ayuntamiento al lado de las columnas estilo "reyes católicos".

martes, 25 de septiembre de 2012

Evaristo Navarrete


Cuando disfrutas despacio los cuadros de Evaristo Navarrete se te mete en el cuerpo una sensación de paz, alegría y felicidad. Porque la amabilidad de los temas y la viveza de los colores enmarcan un conjunto de personajes y paisajes que, cuanto menos, te hacen sonreír. Cajas apiladas de coca-colas o desfile de nazarenos dirigidos por un guardia urbano, rebaños de ovejas que se cruzan en un estrecho puente o telas secándose en una calle árabe dan idea de los mundos por los que vuela la imaginación de un pintor que bebe de la norma de lo naïf: la mirada bondadosa hacia la realidad.
38 obras de gran formato, trabajo de los dos últimos años de este pintor nacido en Badajoz y que habitualmente expone y tiene obras en museos de España, Italia, Portugal y Francia, puden contemplarse en la galería Éboli de Madrid (Plaza de Ramales s/n) hasta el 19 de octubre.
La inauguración se celebró el pasado 21 de septiembre y contó con una simpática reunión de fans que envolvieron al pintor de fruteros, monjes, toreros y relojeros. Pero también de exóticos paisajes con abundante vegetación y curiosos animales que aparecen por entre las ramas.
En la foto, detalle de uno de sus cuadros.

lunes, 24 de septiembre de 2012

San Millán de la Cogolla


El eremita Millán muere en el año 574 y es enterrado en Suso (arriba). La cueva se convierte en ermita, luego iglesia y después de que se publicara su vida y se considerara uno de los primeros santos, el sitio se convertiría en lugar de peregrinaje. Pero el rey D. García ordena el traslado de los restos del santo a Nájera, donde había un monasterio muy grande y más apropiado para la veneración, y se da la circunstancia de que quienes portaban la arqueta se quedaron clavados justo en el valle y eso se interpretó como que san Millán no quería salir de allí y el rey mandó construir un monasterio en Yuso (abajo).
El Monasterio de Yuso es originario del s.XI, aunque el edificio que vemos se levanta durante los siglos XVI y XVII. Tiene una portada barroca, un Salón de los Reyes, códices con las primeras palabras del castellano (en el s.X un copista anónimo escribe en los márgenes del Códice Emilianense), un claustro renacentista, un retablo mayor de Juan de Rizzi, una bella rejería de Sebastián de Medina, una sacristía con frescos en el techo del s.XVIII y un museo en el que se observan las arquetas de marfil románico que originariamente contuvieron los restos de san Millán y san Felices (su maestro).
En la Hospedería del Monasterio puedes pedir un menú de 14 euros que, según elección, consta de menestra de verduras con lascas de jamón, corderito guisado al chilindrón con pimiento choricero, arroz con leche y copa de vino de la zona.
El Monasterio de Suso está en lo alto de una montaña y tiene arcadas mozárabes. Fue aquí donde desarrollaron su labor los escritores emilianenses que produjeron valiosos códices y donde Gonzalo de Berceo escribió en el s.XIII los primeros poemas en lengua castellana. En el atrio están las tumbas de los siete infantes de Lara y de su tutor Nuño, y desde aquí se observa perfectamente el otro monasterio.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Santo Domingo de la Calzada


Ciudad riojana ligada al Camino de Santiago desde sus orígenes, fue fundada por Domingo García en el s.XI en la época en que construyó un puente en una zona de bosques para facilitar el trayecto a los peregrinos. También a él se le deben un hospital, una calzada y una iglesia. En el año 1158 se comienza a construir la catedral, de planta de cruz latina de tres naves con girola, en la que se abren tres capillas semicirculares. En los siglos siguientes se producen modificaciones y añadidos hasta llegar al s.XVIII en el que se construye la fachada sur con las esculturas de tres santos y la torre actual (a ocho metros de la catedral, ya que las construídas integradas a ella acababan cayéndose). Esta torre se visita y desde el campanario se disfrutan unas vistas estupendas de la ciudad. De la catedral es muy curioso el gallinero gótico con un gallo y una gallina vivos (huéspedes semanales del templo, que recuerdan un curioso milagro del santo), el retablo renacentista del s.XVI de Damián Forment y el claustro utilizado a la manera de museo con interesantes tallas de madera y obras de orfebrería muy valiosas.
En La Cancela te puedes comer unos espárragos de la Ribera, unas manitas de cerdo rellenas de ternera y verduras y una pera de Rincón al vino acompañada de nata helada. Todo acompañado de un David Moreno, un buen vino de al lado mismo.
El convento de San Francisco, del s.XVII es ahora un parador de turismo, pero había restauradores en la iglesia que nos dejaron pasar para impresionarnos por lo abandonada que estaba y por lo elegante que podría quedar una vez limpia. La ermita de la Virgen de la Paz está en la Plaza del Santo y tiene un cierto encanto. Hay murallas medievales y una abadía cisterciense cerrada pero que te puedes asomar por el hueco de la puerta. En el paseo de la avenida Juan Carlos I hay un kiosko de música y muchos bares donde tomar deliciosos aperitivos.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Tobera


Muy cerca de Frías se encuentra el pequeño pueblo de Tobera. A las afueras, al lado de la carretera y al pie de las montañas, se encuentra un conjunto singular: ermita, altar de caminantes y puente. La ermita es la de Santa María de la Hoz, del s.XIII, de estilo románico tardío con trazas góticas (por ejemplo en las arquivoltas de la portada, en la última de ellas hay diez figuras esculpidas). El altar es un pequeño santuario dedicado al Santo Cristo de los Remedios, del s.XVII, con la imagen de su titular y, debajo, una talla de una serpiente gigante. Cuenta una leyenda que un correo real al cruzar el puente de Tobera fue sorprendido por una enorme culebra que hizo que el caballo se asustara y el jinete se viniera abajo pero, éste, encomendándose al Cristo de su devoción logró salir ileso de su aventura y, agradecido, mandó construir el santuario que vemos. Actualmente tiene un letrero que dice "Se suplica a los fieles una limosna para decorar este santuario". Más claro, imposible. El puente de la leyenda resulta estar en un camino romano que unía las ciudades de Briviesca y Orduña (Castilla y el Cantábrico).
Todo esto se encuentra en un enclave donde abundan los saltos de agua, las cascadas y los pozos que aparecen en el paisaje que provoca el desfiladero del río Molinar. Hay un hermoso paseo que te hace llegar al centro del pueblo, con sus huertos y otro puente de aire medieval.
Y, después, una vez atravesado el Portillo del Busto, decimos adiós a las Merindades y, al poco, a la deliciosa excursión por tierras burgalesas.

martes, 11 de septiembre de 2012

Frías


Está considerada la ciudad más pequeña de Europa. Porque tiene el título de ciudad (se lo concedió Juan II de Castilla en 1435) y porque es poco el espacio que acoge su muralla situada en lo alto de un cerro y que abraza las casas comprendidas entre el castillo y la iglesia. El castillo es el de los Velasco, edificado entre los siglos XII y XV, con su torre del homenaje haciendo equilibros sobre una atalaya rocosa dando la sensación de que va a caerse de un momento a otro. Tiene unos bellos ventanales con capiteles románicos. Frías conserva un trazado típicamente medieval y las casas edificadas en los bordes del cerro se muestran colgantes si se observan desde fuera de la población. Al otro extremo del castillo, está la iglesia de San Vicente (en origen románica, pero con muchas reformas y añadidos, como la torre levantada a principios del s.XX por derrumbe de la anterior). También hay unas dependencias abovedadas a las que llaman toriles (que resultan ser la entrada a unos pasos subterráneos muy antiguos -ahora tapiados- y donde está la llamada Virgen de los Toriles) y rectángulos de piedra al modo de bancos para sentarse que parecen ser lápidas de tumbas de caballeros templarios por la espada dibujada.
En Frías se come muy bien y a un precio estupendo: en el Mesón Fridas te sirven por 10 euros un menú que (según elección) puede ser: judías rojas con chorizo y morcilla, perdiz con chocolate y flan de San Vitores, acompañado de una botella de vino. Y es que también en el pueblo tienen la iglesia de San Vitores, un santo que tras batallar contra los moros y una vez decapitado, llegó volver a Cerezo, el pueblo donde nació y era párraco, con la cabeza en la mano y seguir animando para luchar a favor del cristianismo.
También hay judería, puertas en forma de arco y conventos reconvertidos en viviendas. Y un maravilloso puente fortificado sobre las aguas del río Ebro.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Puentedey


En mitad de un paisaje rocoso y enmarcada en una espectacular crestería (sierras horizontales) se encuentra la localidad de Puentedey. Sus casas se agolpan en uno de los fenómenos más curiosos de la naturaleza: un puente natural excavado por el río Nela en una enorme roca caliza. Este "puente" tiene 15 metros de alto, 75 de largo y 34 de ancho. Encima de él están las viviendas, entre las que destacan el palacio de los Porres y la iglesia de San Pelayo de traza románica (en el tímpano de su portada hay una figura con una espada atacando a una enorme fiera).
Puentedey tiene playa (de río) y trazado de ferrocarril sin uso como recuerdo de la histórica línea Santander-Mediterráneo, inaugurada a principios del s.XX y clausurada en 1984 (la estación estaba en Brizuela). También tiene el bar Victorino, que es un sitio con muchos jamones colgados. Y donde te venden queso, pero avisando que los fines de semana no lo cortan.
"No es extraño que la admiración atribuya al dedo físico de Dios la hechura de este paso de agua", escribe Fray Valentín de la Cruz, cronista oficial de Burgos.
Con ese entorno que tienen, es natural que celebren por Navidad un belén viviente donde participan todos los habitantes del pueblo.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Ermita de San Bernabé


En el entorno natural denominado Ojo Guareña se encuentran la Cueva y la Ermita de San Bernabé (que curiosamente está dedicada a San Tirso). Ojo Guareña es un complejo kárstico que cuenta con la mayor red de galerías subterráneas de España: 100 kilómetros. Es un importante yacimiento arqueológico de la época del paleolítico medio y se han encontrado especies de animales desconocidas y únicas en el mundo. La zona se llama así porque debajo de la ermita (que está en la cueva) está el sumidero (ojo) por el que asoma desde la roca caliza el río Guareña. Este complejo de cuevas y naturaleza ha tenido tanta importancia en Las Merindades históricamente, que es una referencia social, cultural y religiosa de la comarca.
Lo que hoy se visitan son 400 metros, en los que se aprecia como la roca calcárea por la acción del agua va dejando huecos y pasadizos. En la entrada observamos la Sala del Ayuntamiento, que fue utilizada para las reuniones municipales (actualmente trasladadas a Cornejo, aunque en días conmemorativos se siguen celebrando allí sesiones). Ya dentro (se visita con casco protector) hay una galería llamada de los silos, en la que se observan enormes huecos utiliados en época medieval para conservar el cereal. Al final del recorrido llegas a la ermita, que tiene una talla del s.XIII de San Tirso y unas hermosas pinturas murales datadas en los siglos XVIII y XIX que relatan la vida y milagros del santo.
El paisaje de la zona lo componen bosques de robles, hayas y pinos, alternados con brezales y pastizales.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Espinosa de los Monteros


Los alrededores de Espinosa de los Monteros son siempre verdes y su caserío está situado en un hermoso valle que aleja la meseta y acerca el paisaje cántabro. De aquí venía el famoso Cuerpo de los Monteros de Cámara, creado en tiempos de la reconquista, en la época de Sancho García (s.XI), y que se encargaba de custodiar por la noche las estancias de los reyes de España. Es una localidad de casas solariegas con escudo y de casas montañesas con balcones corridos. También hay palacios y torres nobiliarias.
El Palacio de Chiloeches (s.XVI) es renacentista y fue mandado construir por Juan Zorrilla San Martín y a finales del s.XIX lo restauró el VI Marqués de Chiloeches (Luis de Porras), que lo consiguió tras un pleito judicial. Tiene dos hermosas torres rematadas por pináculos y cuatro balcones de hierro forjado. En su fachada, por supuesto, el escudo de los Zorrilla.
 La Torre de los Azulejos (S.XIV) tiene decoración de baldosas en las ventanas y la Torre de los Monteros (s.XIV) tiene torre central y torreones laterales almenados.
En Espinosa de los Monteros se celebró el pasado 11 de Agosto la V Feria Miel de Brezo (que tiene un concurso de mieles de la zona y, además, otro de postres con miel). En una tienda compramos un bote de 1 kilo de miel de brezo Abadía. Este tipo de miel, que se da en los valles cercanos a Espinosa, es de color oscuro y de sabor fuerte. Es energizante y rica en hierro y combate la gota y la anemia.
Es una tierra de pasiegos, descendientes de los que en la Edad Media penetraron en una región de alta montaña en busca de pastos para sus ganados.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Medina de Pomar


Medina de Pomar es una población con mucha historia y un entramado medieval muy interesante. La iglesia de Santa Cruz es un edificio gótico correspondiente al s.XIV ubicada en el cerro más alto sobre el que se asienta el conjunto urbano. En su interior hay un arco sepulcral, una pila bautismal y un maravilloso retablo mayor obra de Manuel de Brecedo (hacia 1760) que procede de la destruída iglesia parroquial de Salinas de Rosío y colocado aquí, bellamente restaurado, en 2002. Está compuesto de pinturas que recogen la vida de San Juan Bautista. También hay una puerta del s.XVIII llamada de los Peregrinos que daba acceso a una especie de patio que llevaba a las murallas.
Porque en las murallas de Medina están el arco de la Judería y el de la Cadena. Pero lo más imponente que se contempla aquí son las dos torres prismáticas que dan al conjunto el aire de una fortaleza: es el Alcázar de los Velasco, levantado en el s.XIV y que ha sido palacio y castillo antes, y Museo de las Merindades ahora: contemplamos un documento de 1370 en el que Enrique II otorga a Don Pedro Fernández de Velasco la villa de Medina de Pomar en Señorío. También hay piezas arqueológicas, aperos vinculados al campo, piezas de cerámica y una exposición de cuadros con rincones de Medina.
El Monasterio de Santa Clara fue fundado por Sancho Sánchez de Velasco, Adelantado Mayor de Castilla y Merino o Justicia Mayor del Rey en el año 1313. La portada es ojival y está compuesta por tres arcos con decoración vegetal en el que se pueden observar animales (un caracol, un burro). En su iglesia tienen en el altar mayor un sagrario-relicario-expositor neoclásico del s.XVIII que cuenta con un mecanismo que para abrirse, se va elevando una paloma y configurando un abanico de rayos dorados (se pone en funcionamiento una vez al año). También tienen en el museo un Cristo yacente de Gregorio Fernández del s.XVII.
Finalmente, en el Restaurante Martínez te ofrecen la tapa "Monacatus" que consiste en un buñuelo de lechuga relleno de carne de potro. En la comida, un delicioso menú de domingo:  paella, cordero asado y tarta de San Marcos acompañado de un tinto roble de El Berrón. Tanta historia da hambre.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

San Pedro de Tejada


Sin duda alguna, una de las joyas del románico burgalés. Situada en una suave colina a las afueras de Puente Arenas, en el valle de Valdivielso, es una ermita del s. XI que constituiría lo único que queda del monasterio que hubo en la zona desde el s.IX y que perdió su importancia una vez que se edificó el de Oña (a donde fueron a parar los monjes que allí había). Se trata de una iglesia con planta de cruz, con una única nave dividida en dos tramos mediante un arco fajón, con contrafuerte exterior y bóveda de cañón. La piedra con la que está construída es la llamada toba, mucho más ligera que la normal y que permite aguantar mucho peso sin peligro de derrumbe. La portada tiene hemosos arcos concéntricos y un friso que representa la última cena. Tiene también una torre a la que da acceso un husillo circular (escalera de caracol para entendernos) y que lleva a un piso con ventanas y columnas con bellos capiteles (no se visita). También una puerta en la cara norte que es la que comunicaba con las dependencias de la abadía.
Toda la iglesia está decorada con hermosos canecillos que representan rostros y personajes, como el de un hombre y una mujer que levantan su vestimenta para enseñar sus órganos sexuales.
En el interior (el retablo que tenía hasta mitad del s.XX permanece restaurado en el Museo de Burgos) destaca un coro de madera policromada de estilo mudéjar. Hay una leyenda que dice que durante la época en que hubo una epidemia de la que fueron muriendo todos los monjes, el último de ellos cabó su propia tumba y se colocó allí esperando que llegara su final.

martes, 4 de septiembre de 2012

Trespaderne


Las Merindades es una comarca situada al norte de la provincia de Burgos que viene a ser un cruce de caminos entres la meseta castellana, el valle del Ebro y la cordillera cantábrica. Son un conjunto de pequeños valles que conforman un paisaje singular y caprichoso. En uno de ellos, el valle de Mena, nacería para la historia el nombre de Castilla en el año 800.
Yendo desde Madrid, Trespaderne es, de algún modo, la puerta de entrada a Las Merindades. Situado cerca del desfiladero de la Horadada (formado por la acción del río Ebro, que se junta allí con el  Nela), tres podrían ser los motivos para conocer este pueblo.
Por un lado que allí se encuentra el castillo de Tedeja, el más antiguo de España (quedan pocos restos). Por otro, visitar las curiosas Cuevas de los Portugueses, camino de Tartalés de Cilla,  que no son otra cosa que eremitorios de la época visigoda excavados en las roca de los cortados arrimados al arroyo de las Torcas y que fueron transformados a principios del s.XX en viviendas de los trabajadores portugueses del canal hidroeléctrico.
El tercer motivo para parar aquí es el Hostal Restaurante José Luis donde puedes degustar una exquisita morcilla de Trespaderne, unas croquetas de boletus y jamón, un solomillo al queso de cabra, unas chuletillas de cordero y, también, un postre clásico de la zona: queso de Burgos con membrillo. Atienden maravillosamente y, a nada que les preguntes, te orientan sobre lo que se puede visitar en los alrededores.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Poza de la Sal


El origen de esta villa está en sus antiguas salinas, ya explotadas en tiempos de los romanos. Sus calles estrechas y empinadas conforman un laberinto que sube hasta el Alcázar (del que solo se conserva la torre) y el Castillo (todavía más arriba). La estructura morfológica del terreno sobre el que se asienta el pueblo asemejaría a un gran cráter de más de dos kilómetros de diámetro que actúa de chimenea por la que han aflorado históricamente los elementos minerales explotados en las salinas. Destaca también la iglesia de S.Cosme y S.Damián, gótica de finales del s.XIV con numerosas reformas posteriores. Tiene planta de tres naves con cabeceras rectas y cubierta de bóveda de crucería (seis tramos en la nave central y cuatro en las laterales). Destaca su hermosa fachada terminada en 1655 (protegida por arcos) en las que se observan las esculturas de los hermanos médicos y santos a los que está dedicada la iglesia.
En Poza de la Sal hay una Plaza Nueva y una Plaza Vieja (que se comunican por la puerta del Conjuradero, que es un arco en la muralla medieval). También se conservan unos lavaderos que han sido utilizados en el pasado tanto para lavar la ropa como para abrevadero de caballerías, curtido de pieles, fuente pública o regadío de huertas.
En esta localicad nació Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980) naturalista y difusor de la vida de los animales através de la televisión de toda una generación de españoles.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Oña


Población que atraviesa el río Oca (afluente del Ebro), en el s.X el primer conde independiente de Castilla Fernán González le da el rango de villa con numerosos atributos y despúes su nieto, Sancho García, funda en el año 1011 el monasterio de San Salvador poniendo a su hija Tigridia al frente del lugar, hechos que se relatan en el espéctaculo teatral El Cronicón de Oña que se representa todos los veranos (este año es su 25 edición) en el interior de la abadía, aunque nosotros lo vimos en el exterior, en la portada renacentista de lo que fue un hospital psiquiátrico. Porque ahora lo que tiene dentro el monasterio es la edición de 2012 de Las Edades del Hombre, la exposición de arte religioso de Castilla y León (que convierte iglesias en museos). En el monasterio también es muy interesante su claustro del s.XVI.
Además, Oña tiene la iglesia de S.Juan (s.XII a XVI) con una portada gótica, una torre de origen románico y un calvario medieval (detrás del altar) que procede de Tamayo. Hay calles con palacios y casas blasonadas, murallas con arcos e incluso judería. Después de tomar una caña en La Bodeguilla y comer una ensalada de pochas con chorizo, una carrillera al vino tinto y un flan en el restaurante ñ (como suena, eñe), nada mejor que un paseo por los hermosos jardines benedictinos donde quedan restos de los antiguos estanques utilizados como piscifactoría.
A nada que te muevas por Oña te das cuenta que la historia y la religión lo impregnan todo, sobre todo en unos siglos donde ambas cosas estaban muy unidas. Afortunadamente hoy día, esas circunstancias no dejan de ser un reclamo turístico como otro cualquiera.