miércoles, 23 de enero de 2013

Cervecería Alemana


Situada en el número 6 de la emblemática Plaza de Santa Ana, la Cervecería Alemana es una de las tascas tipo salón más peculiares de Madrid. Abierta en 1904, por sus sillas de madera de respaldo curvo y sus mesas de mármol han pasado políticos, escritores, toreros y artistas (está al lado del Teatro Español). Sus camareros con chaquetillas blancas y pajarita te atenderán con el aire y la actitud de un local con solera.
Mariscos y Fiambres, anuncian en su fachada. Efectivamente, con la caña que te pidas, puedes degustar calamares a la romana, sardinas rebozadas, empanadillas, croquetas, pulpo a la vinagreta, albóndigas, ensaladilla rusa, almejas a la marinera y un estupendo surtido de ibéricos (lomo, jamón, chorizo y salchichón). Una oferta que, de alemana, no tiene nada.
Las vigas del techo pintadas de marrón combinando con la pintura blanca crean un agradable espacio. En sus paredes hay cuadros y dibujos de ambientes de tauromaquia, espejos, colgadores para la ropa y un reloj en su caja con su péndulo.
En el relato "Un verano peligroso" publicado en el año 1960 por la revista Life, Ernest Hemingway recomendaba este lugar como un buen sitio para tomar cervezas y café (el escritor hablaba en su historia sobre el mano a mano en los ruedos de Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín y también sobre la locura y la muerte).

Los jamones colgados en el escaparate y los quesos manchegos del mostrador son, desde luego, toda una declaración de principios.

5 comentarios:

  1. Tengo muy buenos recuerdos de la Alemana aunque ahora rara vez entro. Cuando yo era un adolescente aquello era un nido de antisistema de la época lleno de humo, no siempre de tabaco. Tanto es así que colgaron un cartel en la puerta prohibiendo la entrada a hippies, beatniks, etc. No recuerdo la redacción exacta pero solo les faltó aquello de murcianos y gentes de mal vivir.
    Viví mucho esa zona, entonces con menos turismo, solo americanos jóvenes de pensión barata que habían leido a Hemingway.

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  2. no me gustan nada esos sitios llenos de carteles de corridas, recuerdos y otras parafernalias taurinas. y para colmo se llama la Alemana.
    soy tan poco aficionado a ellos que no sabría ubicarlo en la Plaza de Santa Ana.

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  3. La colonia donde vivo lleva por nombre Centrika Sillares. Mi calle es Tasca. Jurote que desde que llegué me dije, debo investigar que diablos quiere decir tasca....no lo he hecho. Es la primer avez que lo leo en otro lado.
    Todo se me antoja, aunque me suena a alimentos muy pesados, condiemntados...aqui son las 7 d ela mañana y como que me conformaría con un café (tengo 4 días sin probar gota!) y una concha.

    Hace bien leerte...y no tienes porque contestar a mis tarugadas.

    2046

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  4. Uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, aquí también he estado.

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  5. Me pasa como con el Museo del Prado, que hace siglos que no voy. Y me apetece volver, sobre todo al primero.

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