jueves, 14 de marzo de 2013

Las brujas de Trasmoz


"Los habitantes de la aldea de Trasmoz dormían asimismo como lirones, excepto algunas muchachas que velaban cosiendo sus vestidos para el día siguiente. Las campanas de la iglesia dieron al fin el toque de ánimas, y sus golpes lentos y acompasados se perdieron, dilatándose en las ráfagas de aire, para ir a expirar entre las ruinas del castillo. Dorotea, que hasta aquel momento, y una vez adoptada su resolución, había conservado la firmeza y sangre fría suficientes para obedecer las órdenes de la bruja, no pudo por menos de turbarse y fijar los ojos con inquietud en el cañón de la chimenea, por donde había de verla aparecer de un mondo tan extraordinario."

(Cartas desde mi celda, Gustavo Adolfo Bécquer)

En el año 1864 aparecen en el diario madrileño El contemporáneo los relatos de Bécquer que le inspiró su estancia en la zona del Moncayo (Monasterio de Veruela y pueblos de alrededor). Una de las brujas era la Tía Casca que, despeñada por el barranco, su alma no la quiso ni Dios ni el Diablo y desde entonces, transformada en gato, sigue embaucando a los vecinos del lugar con extraños ruidos.

3 comentarios:

  1. Lo que pueden llegar a fascinarnos estas historias.

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  2. Supongo que en otras épocas algunas mujeres se defendían dando miedín.

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  3. haberlas, haylas...

    vi la foto, y pensé en Frías.

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