miércoles, 20 de septiembre de 2017

Castillo de Montjuïc


La montaña barcelonesa de Montjuïc ha servido como cantera desde la época romana. En el período medieval era el "monte de los judíos", porque allí estaba el cementerio. A lo largo de la historia ha sido faro, fortín y fortaleza. En el s.XVII se construye un fortín en el entorno del faro vigía que daba señales al mar. Es a mediados del s.XVIII cuando el arquitecto militar Juan Martín Cermeño le da el aspecto del castillo actual. Cárcel de anarquistas y lugar de ejecuciones en la guerra civil, aquí fue fusilado en 1940 Lluís Companys, presidente de la Generalitat. Afortunadamente salvado de su pasado oscuro, el ayuntamiento de la ciudad lo ha convertido a partir de 2007 en un Centro de Interpretación.

El castillo tiene una planta trapezoidal irregular adaptada a la tipografía del terreno, con cuatro baluartes en los extremos. A lo largo de su perímetro se extiende un foso. La portada es neoclásica y, una vez atravesada, se pasa por un túnel cubierto con bóveda que da acceso a las naves interiores. El patio de armas cuenta con estancias y dependencias en sus alrededores. En una de ellas se muestra la escultura de Carles Berga "Doble cruz", donde una cruz latina reflejada en un espejo resulta ser una cruz judía. La atalaya que se observa desde allí rememora la que ya existía documentada en el año 1073. El hornabaque (foto) es el conjunto de elementos defensivos que separan el primer y el segundo recinto, cuya misión era impedir el paso de las tropas enemigas. Frente a él (la pradera de la foto) está el revellín, zona de defensa avanzada de forma triangular. Piezas arqueológicas, grabados, vídeos y fotografías explican el significado del lugar. Una exposición temporal sobre 100 años de cartelismo permite disfrutar de la influencia de la montaña de Montjuïc en la imagen y mensaje de la ciudad de Barcelona.

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