jueves, 18 de enero de 2018

Tomando café


En los soportales del Círculo Amistad Numancia, conocido como El Casino, en Soria, en la céntrica calle de El Collado, se encuentra una estatua en bronce (obra de Ricardo González) del poeta santanderino Gerardo Diego (1896-1987), que vivió en Soria y sobre ella escribió. Está sentado, leyendo un libro y tomando café, delante de los ventanales del lugar donde pasaba horas de tertulia y, a veces, se ponía a tocar el piano (de gran cola, marca Stenway et Sons). En el instituto de la ciudad enseñó lengua y literatura en 1920, unos años después de que Machado enseñara francés, y sus días castellanos fueron la inspiración de su poemario "Soria sucedida" (1977), entre otros libros.

Soria sucedida.
Soria sorprendida.
Soria equivocada.
Los ojos azules,
negra la mirada.
Soria penitente.
Soria diferente.
Una pena larga sin amanecida

Gerado Diego fue premio Cervantes en 1979 y uno de los representantes de la conocida Generación del 27, en la línea del llamado "creacionismo".


1 comentario:

  1. Qué feas estas estatuas que ponen al homenajeado a pié de calle. Estoy seguro de que hay una forma de hacerlo bien pero no se si alguien ha dado con ella. Horrorosa la de Pessoa en Lisboa,tan parecida a esta de G. Diego, horrorosas las de Russiñol y Ramón Casas en Sitges o la de Lorca en Santa Ana que pretendieron arreglar con ese minipedestal ridículo (compárese con la de Calderón de la Barca, detrás de él)Quizá ya no existen los artistas adecuados quizá pasó el tiempo de las estátuas.

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