domingo, 21 de octubre de 2018

Santillana del Mar


Santillana del Mar es uno de los pueblos con más encanto que uno se encuentra recorriendo Cantabria. Tiene la colegiata románica de Santa Juliana (s.XII), el Museo Diocesano con una colección impresionante de arte religioso, las casas del Águila y la Parra, la Torre de Don Borja, el Palacio de los Velarde, el Museo de escultura de Jesús Otero, el convento de San Ildefonso ocupado ahora por monjas clarisas...y, por supuesto, el Museo de Altamira con la neocueva que recrea la que se descubrió en 1868. En la foto, la Torre del Merino (s.XIV), en la Plaza Mayor.

Hay que ir a comer a El Pasaje de los Nobles: tienen un menú de 18 euros que, en este caso, fue: cocido montañés como lo hacía Maximina, carrilleras glaseadas a la antigua yarroz de leche fresca de Cudaña, más una copa de rioja. Un paseo por sus calles empedradas, entre lavaderos, tapias, huertos, soportales, prados y tabernas es un viaje hacia la Edad Media y a los sonidos y olores de aquellos tiempos.

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