sábado, 31 de julio de 2021

Moler el trigo


El Molino de La Aldehuela, o lo que queda de él, se sitúa en el río Duero cuando, todavía joven, aún no ha llegado a Garray. La ladera con pinos, que es el límite que le pone el río al Monte Valonsadero, llega hasta aquí. Es el lugar donde se trituraba el trigo, la cebada y los yeros para el consumo de personas y animales, dieta de primera necesidad en la época de esplendor rural y supervivencia diaria. Un  mundo que ya no existe, un hábito perdido en el tiempo, pero congelado en el espacio. 

Las gentes del lugar llevaban el cereal cargado en las caballerías y volvían con la harina. Toda una hazaña de trabajo en los días largos donde el esfuerzo era la razón de la vida. Nada era fácil, todo era costoso y pesado, pero la queja no existía porque no había referencia para comparar. La vida era dura, la recompensa poca: simplemente llevarse algo a la boca. De todo esto reflexioné en mi paseo al borde del río en estos tiempos donde la España del bienestar ha concedido un paréntesis al frenesí de movilidad y vivimos días de recogimiento y supermercados. 

1 comentario:

  1. Estos molinos siempre están en lugares que hoy, lejos de la labor dura del molinero, resultan idílicos. Su fuerte fábrica permite restauraciones más que interesantes.

    ResponderEliminar