miércoles, 29 de mayo de 2013

San Pablo


En el popular barrio del Gancho se encuentra la llamada tercera catedral de Zaragoza (después de La Seo y El Pilar): San Pablo. Construída en estilo gótico-mudéjar a finales del s.XIII y con ampliaciones en los s.XV y XVI, tiene un hermoso campanario de planta octogonal y 66 metros de altura que es una joya del arte mudéjar (rodeado por los añadidos posteriores). Primero fue iglesia de una sola nave y luego le fueron colocadas dos naves laterales. El retablo mayor es del s.XVI, obra de Damián Forment y tiene la imagen de San Pablo rodado de 8 escenas grandes de su vida y, debajo, 6 escenas pequeñas de la pasión de Cristo.
Llama la atención  la platería frontal el altar y los azulejos que decoran algunas paredes. El coro tiene una reja de bronce del s.XVII, cuyo dorado de sus esculturas fue obra de José de Goya, padre del famoso pintor. La portada de la calle San Blas tiene un tímpano con cinco imágenes cubiertas con doseletes (ornamento que resguarda la imagen) y un alero de madera. Numerosas capillas ofrecen hermosas muestras de arte religioso.

Ana Abarca de Bolea, poetisa del s.XVII, escribió:
"Iba lo gancho primero
con muy grande ligereza
cortando todos los ramos
que han posado en las tabernas".

Antes de que fuera iglesia de San Pablo había una ermita llamada de San Blas que, estando fuera de la ciudad, siempre se encontraba rodeada de ramas y maleza para cuyo acceso había que utilizar una hoz o gancho y así abrirse camino. En la pequeña callejuela de Broqueleros (en 1766 hubo una revolución popular para protestar por el precio del pan que fue castigada con el uso de espadas y broqueles -escudos pequeños- por parte de los militares, que posteriormente fueron premiados con cartas de hidalguía) se encuentra la taberna El Broquel, donde sirven unas croquetas de boletus para chuparse los dedos. Por allí también está la entrañable sala Oasis, antigua sala de varietés.

Desde 2001, la iglesia de San Pablo es Patrimonio de la Humanidad como parte del conjunto Arquitectura mudéjar de Aragón.

1 comentario:

  1. Curioso, eso que cuentas acerca de la ermita de San Blas, que para abrirse camino entre la maleza había que utilizar una hoz o gancho. Dado que es comparable, simbólicamente hablando, en relación a la Tradición y el Conocimiento (o mejor dicho, las penurias y altibajos que hay que atravesar para acceder a ellos), me pregunto qué no se ocultaría originalmente en esa ermita. Por lo demás, aunque he parado algo en Zaragoza, me temo que no lo suficiente como para haber conocido esta iglesia de San Pablo, aunque sí el estilo mudéjar predominante, donde siempre llaman la atención las torres y minaretes de forma hexagonal. Un abrazo

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