martes, 27 de agosto de 2013

Ribadavia


Una importante comunidad judía vivió desde el s.XI en Ribadavia (Ourense), cuando el rey García de Galicia centró aquí su corte. Las callejuelas de la judería estarían en lo que hoy es los alrededores de la plaza de la Magdalena (foto). Justo al lado de la iglesia de Santiago, una señora en el portal de su casa vende dulces hebreos y nos abre la iglesia donde hay una simpática escultura de piedra del apóstol. En el s.XV se reconstruye la fortaleza de los condes de Ribadavia, que se puede visitar y pasear por la zona de los jardínes y la huerta, el aljibe, la muralla del s.XII, el torreón y una necrópolis de los s.VII-IX. En la Plaza Mayor te puedes sentar a tomar un ribeiro, ya que estamos en la capital de este famoso vino. La iglesia de Santo Domingo, el convento de San Francisco, la casa de la Inquisición y las distintas puertas de la muralla completan este recorrido incluyendo bellas vistas hacia el río Avia, que da agua y nombre a la población.

En Carballiño, a 20 kilómetros, puedes degustar un exquisito pulpo en Casa Gazpara y pasear por el entorno del balneario. Un ramillete de iglesias medievales adornan los valles entre Ribadavia y Carballiño, como la de San Tomé de Serantes, del s.XII, de única nave y portada con arco apuntado. Sobre el tímpano, un hermoso rosetón y, a la derecha, la torre con las campanas. Como muchas iglesias rurales gallegas, alrededor de la iglesia está el cementerio. Dentro se puede observar un interesante baldaquino gótico.

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