Desde Oporto, cruzando el Duero por el puente de Luis I (peatonal) se llega a Vila Nova de Gaia. Allí están las bodegas de los famosos vinos oporto. En el s.XVII los vinos de la región del Alto Duero experimentan un proceso de fortificación (añadiéndoles aguardiente durante la fermentación, que les deja un sabor dulce). Fueron los ingleses los que provocaron estos cambios para poderlo exportar a su país, e incluso llegaron a tener monopolio durante un tiempo. Las bodegas más famosas son Sandeman, Ferreira, Offley, Taylor´s o Cálem. Nosotros nos decidimos por Ramos Pinto ya que la fachada de la empresa, pintada de blanco y amarillo, nos entusiasmó.
Fue fundada por Adriano Ramos Pinto en 1880, que fue un innovador en las técnicas de fabricación y en la comercialización (su publicidad tiene a una pareja a punto de besarse o a punto de beberse una copita de oporto). Te enseñan un museo con objetos históricos de la empresa y luego te llevan a la bodega donde están los toneles de roble perfectamente apiñados. Finalmente te ofrecen dos copas para probar: blanco y tinto. Como dice un cartel, estos vinos dan alegría a los tristes y audacia a los tímidos.
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