Braganza nos sorprendió por la cantidad de vida cultural que tenía: visitamos 7 museos. El Ibérico da Máscara e Traje (atuendos y disfraces de allí y también de Zamora), el Militar (armas desde el s.XII hasta la 1ª Guerra Mundial), el Centro de Arte Contemporáneo Graça Morais (pintora de manchas figurativas que desembocan en emociones), el Abade de Baçal (obras de arte sacro y piezas arqueológicas), el Centro de Fotografía Georges Dussad (fotógrafo de la vida rural portuguesa), el Centro Ciencia Viva (divulgación científica en una antigua central hidroeléctrica al lado del río Fervença) y la Casa da Seda (un antiguo molino recorvertido en escenario explicativo del proceso de fabricación de la seda, muy popular en la zona de Trás-os-Montes).
En la Ciudadela que abraza al castillo de Braganza se encuentra la iglesia de Santa María. Construida en el s.XIV está formada por tres naves separadas por columnas poligonales que sostienen los arcos y una excepcional pintura escenográfica, en la cubierta, que representa a la Asunción de la Virgen, realizada al fresco.
Braganza es una maravilla a la que debo regresar pronto.
ResponderEliminar