En el valle del río Côa, que es afluente del Duero, hay una zona con grabados rupestres del Paleolítico, de hace 25.000 años. Este sitio de arte prehistórico es Patrimonio de la Humanidad desde 1998 y tienen un fantástico edificio integrado en la naturaleza del paisaje. Se trata del Museu da Côa, inaugurado en 2010 en las laderas de las confluencias del Côa y del Duero, que ofrece explicaciones sobre esta antigua cultura y excursiones a los tres yacimientos donde contemplar in situ lo encontrado: Penascosa, Canada do Inferno y Ribeira de Piscos.
Nosotros elegimos la ruta de Canada do Inferno. Te llevan en un jeep hasta una zona que, en principio, iba a ser una presa y donde se pararon las obras en 1991 cuando se descubrió lo que allí había: la figura de un caballo con dos cabezas. Así se fueron encontrando grabados hasta en 46 rocas (39 paleolíticas, ya que los molineros del s.XX también dejaron allí su firma). Viñedos, olivos y almendros rodean el entorno donde se encuentran las rocas de pizarra donde el hombre dejó testimonio de su arte desde tiempos ancestrales.
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