jueves, 16 de mayo de 2013

Mágica cúpula


La iglesia de San Miguel en Almazán, construída en el s.XII, tiene tres naves, ábside y una original cúpula nervada. En el s.XVII se le añadieron dos capillas laterales y el coro. La planta es irregular, la cabecera (de planta semecircular) se inclina levemente hacia la plaza, con lo que si la miramos centrados desde el coro, vemos una perspectiva desigual, lo que es la primera curiosidad del templo. Porque la segunda es, sin duda alguna, una bóveda de influencia islámica formada por arcos de medio punto que arrancan por parejas y se cruzan, no en el centro sino en los laterales, lo que da el aspecto de una estrella de ocho puntas. Situados justo debajo, el efecto de mirar la cúpula tiene algo de mágico.

En el altar mayor hay un cristo crucificado del s.XVI y un nicho con un calvario gótico del s.XIV. En el absidiolo de la izquierda, una pieza curiosa de la escultura románica: un frontal de mesa de altar en el que se representa el martirio de Tomás Becket, arzobispo de Canterbury (acontecimiento que conmocionó a la cristiandad en el s.XII), decapitado por un soldado y con un ángel que recoge en un paño su alma y la eleva en forma de cabeza. La capilla de la Virgen del Rosario tiene una retablo barroco del s.XVI y la de Santa Teresa, una hermosa reja de forja. Ya en el exterior, observamos el cimborrio que corona el edificio (octogonal) y el campanario de ladrillo de estilo mudéjar. La galería de arcos de la entrada es del s.XVII.

Uno de los buenos sitios para comer en Almazán es el restaurante Rincón del Nazareno (junto a la ermita de Jesús, que tiene una imagen del patrón de la villa), donde puedes degustar unas chuletillas de cordero a la brasa o una merluza al horno. En la Confitería González puedes comprar las típicas paciencias.

3 comentarios:

  1. En mi época de estudiante compartí piso con un mocetón de Almazán, que me gustaba un poco, aunque nunca se lo dije.

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  2. Iba a hacer un comentario sobre el cimborrio y el room mate de Justo pero definitivamente el punto fuerte de Almazán está en las paciencias. Qué poco se ven ahora. Recuerdo que en Buenos aires me las daban con el café y se me saltaban las lágrimas.

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  3. Paciencias, no me suenan, tengo que investigar, encima me das trabajo, jejeje

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