sábado, 9 de enero de 2021

Lejos del río


En el s.XVIII el lienzo de la muralla por la parte oeste (donde termina el collado y comienza la dehesa) es más permeable por el dinamismo que supone el arrabal que allí está creciendo. La cercanía de las tres puertas (Rosario, Postigo y Rabanera) hace que el movimiento entre dentro y fuera sea más fluido. La Puerta del Postigo tiene un torrejón, con un reloj y una campana. La población abandona la cercanía del Duero y se concentra en el collado, foco mercantil y administrativo de la ciudad. También en la Plaza de Herradores, ya extramuros. En la parte este, la del lado del río, hay algunos postigos que comunican la ciudad con molinos y lavaderos de lanas. La lana de oveja merina trashumante era un material muy apreciado. Los jesuitas se establecen en Soria, un incendio devora su colegio, pero inmediatamente levantan otro. 

En las calles Aduana Vieja y Caballeros, la aristocracia local concentró sus palacetes. Mesones, posadas, tabernas y hornos dan servicio a la ciudad. Es la época del desarrollo de los paseos públicos, plantando árboles en las cercanías del Humilladero (la Dehesa de San Andrés). En el cerro del Mirón, la antigua ermita románica se convierte en otra barroca y se alza, delante, una estatua de piedra con la figura de San Saturio.

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