sábado, 13 de febrero de 2021

La cima del mundo


La montaña sagrada de Sigiriya se eleva hasta 370 metros. Desde allí se tienen unas maravillosas vistas de Sri Lanka, la isla del té y la canela. En este lugar, en el s.III a.C. se instalan las primeras comunidades monásticas budistas, buscando refugio en las grutas excavadas en las rocas. Hasta el s.XIV en que los monjes la abandonaron, Sigiriya es parte de la leyenda del lugar donde construyó una fortaleza el rey Kassapa, allá por el s.V, después de asesinar a su padre. Según se interpreten los frescos de las pinturas que hay en las rocas con mujeres de esa época con los pechos al aire, pueden ser cortesanas o diosas, según la fantasía de cada uno. 

La cumbre de la roca es plana, tiene una extensión de 1, 6 hectáreas y tiene restos y cimientos de diversos edificios y estanques (parece ser que para uso religioso). De acuerdo a las excavaciones, parece que fueron viviendas residenciales más que militares. Esculpidas también están unas garras de león, que es lo que queda de una espectacular imagen que debió existir. Escalinatas conducen a tronos de piedra donde es fácil sentirse el dueño del mundo. 

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