sábado, 27 de febrero de 2021

Sentado


Polonnaruwa, una de las ciudades sagradas de Sri Lanka, nos reservaba una maravillosa sorpresa: cuatro budas esculpidos en un fragmento de roca. De izquierda a derecha vemos los dos primeros sentados, en postura de meditación; el tercero de pie, con los brazos cruzados sobre el pecho y, el cuarto, el más grande de todos, tumbado, en la posición denominada nirvana. Son los budas de Gal Vihara, una de las obras escultóricas más conocidas del país.

La figura acostada mide catorce metros de larga; la que está de pie, siete metros. Los sentados, uno es más grande (foto) y el otro, más pequeño, labrado dentro de un hueco de la roca a la manera de una capilla, que se enmarca con dos columnas y protegida por una verja de hierro. Parece ser que estos budas fueron trabajados en el s.XII, época en la que Polonnaruwa era la capital del país. Por aquella época era el centro religioso y comercial del pueblo cingalés, gracias a la dedicación de Parakramabahu I, que reinó entre 1153 y 1186, impulsor de la agricultura y de los pantanos. El esplendor de Polonnaruwa duró hasta el siglo siguiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario