sábado, 7 de noviembre de 2020

Apsaras


En el año 2012 visitamos Camboya. Queríamos conocer los Templos de Angkor y sumergirnos en el apasionante periodo del Imperio Jemer, seiscientos años de poder territorial, cultural y artístico. Entre los siglos IX y XV tuvieron influencia sobre los territorios de casi todo el Sureste Asiático (llegaron a la mayor parte de las superficies de Tailandia, Myanmar, Vietnam y Laos). Se institucionalizó una fórmula de gobierno en la que el rey tenía una naturaleza divina y debía ser objeto de culto. Se edificaron numerosos templos, entre ellos Angkor Wat, construido por Suryavarman II en la primera mitad del siglo XII, consagrado al dios Vishnú. 

Angkor Wat es el mayor templo-montaña del conjunto de Angkor. Se calcula que las obras duraron treinta años y su diseño hace alusión a un camino de retroceso hacia la primera existencia del Universo, según la mitología hindú. Es decir, el paseo por el templo es un viaje experimental hacia el interior de uno mismo. La calzada, el pórtico de entrada, los estanques, las galerías, las bibliotecas son el camino hacia la Torre y el Santuario Central. Los bajorrelieves de los patios que rodean el templo ofrecen muestras de temas de batallas, dioses y demonios. Y también las apsaras, ninfas bellas y elegantes que bailaban para los dioses y cuyas posturas y movimientos son la base de la danza camboyana, una de las más hermosas del mundo.
 

1 comentario:

  1. Dentro de este templo se viaja al interior de uno mismo en donde encuentran todas las respuestas

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