martes, 17 de noviembre de 2020

Altares en la montaña


Desde Phom Penh hasta Sihanoukville (en la costa), la carretera pasa por un puerto de montaña. Allí, como lugar de descanso, hay una zona con una serie de altares budistas donde los camboyanos meditan y dejan su donativo. El 90% de la población del país practica el budismo, que más que una religión es una filosofía y un código moral de vida. La renuncia al deseo, el no reconocer a ningún dios, la existencia de un nirvana como energía a alcanzar y la corrección en la manera de vivir son los principios del budismo. 

Hay un budismo mahayana (China, Japón) y otro theravada (Camboya, Tailandia), que es el de las enseñanzas de los ancianos sin adherencias posteriores por influencias ajenas. Además la búsqueda de la liberación es individual. Muchos camboyanos ingresan en un monasterio durante un corto periodo de su vida. A los budas que les tienen devoción les ofrecen flores, frutas y varillas de incienso. También vimos unas fuentes donde la gente se refrescaba y que estaban presididas por el lingam, símbolo fálico de la religión hinduista que representa al dios Shiva. 

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