martes, 21 de abril de 2020

Humildad


Plantas del desierto, que no necesitan agua. Así nos hemos convertido las personas de repente, en seres vivos que para que nos dejen tirar hacia adelante apenas necesitamos un trocito de tierra y algo de aire. Somos tierra y aire, ya no necesitamos nada más.

Todo este tiempo de estar entre cuatro paredes nos ha hecho ver que la vida de consumo que tenemos en el estado de bienestar actual es algo innecesario. Que se puede vivir con menos, con lo básico: un supermercado y una farmacia. Todo lo demás, sobra. Es una prueba de humildad enorme: con tal de estar bien de salud, damos por vivido todo lo que deseamos. Es la verdadera revolución: normas básicas de relacionarse las personas. De repente, aplaudir en las ventanas se convierte en el más extraordinario palco de un teatro de ópera. Es ahí donde está la emoción.

Volverán los nuevos tiempos, pero jamás serán ya igual. El que no aprenda la lección lo va a pasar mal en las épocas que llegan, porque ya no habrá tiempo para el despilfarro: o te cuidas, o te mueres.

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