jueves, 16 de abril de 2020

Sombra negra



Cuando los árboles no dejan ver el bosque, entonces la cosa no va bien. Si uno se detiene en los pequeños detalles, en las obsesiones repetidas, en los mensajes cotidianos, en la información sesgada, posiblemente sea difícil tener una idea general de lo que está pasando.

Los medios de comunicación dicen lo que dicen y transmiten a la ciudadanía un ambiente que cada cual lo hace suyo (pánico, miedo, desconcierto, surrealismo, mentira, exageración, angustia, locura, nerviosismo, depresión, soledad, cachondeo). Las autoridades ponen unas reglas para el bien común y, muchos, se las saltan. Es divertido saltarse las normas (bueno, tal vez lo era antes). Hay un bosque enfrente (amenazado por una sombra negra) pero yo me quedo con mi árbol; más allá no sé mirar, no quiero mirar, no me da la gana mirar. Mi árbol me protege, los demás árboles están lejos y la sombra negra a lo mejor es fruto de la imaginación exagerada.

En el futuro inmediato va a triunfar la individualidad (el árbol) frente a la colectividad (el bosque) porque, la verdad, parece que sobrevuela algo raro no definido que no tengo nada claro si me va a pillar en su radio de acción.

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