miércoles, 8 de abril de 2020

Herida




Una herida es una lesión producida en el cuerpo como consecuencia de un golpe o roce, muchas veces acompañada de dolor y sangre. Si te das un porrazo, ahí se te queda la marca por un tiempo (generalmente breve, si tienes suerte de que cicatrice pronto). Luego hay otro tipo de heridas menos evidentes: las del alma. No se ven, pero se sienten. Una pena que se queda dentro, una angustia de vivir que te ahoga, que te dificulta el día a día. Heridas que no te dejan ganas de hacer nada. Entonces te abandonas, te arrastras, te dejas llevar por la más absoluta de las tristezas.

Ahora vivimos tiempos de heridas: familiares lejanos, enfermos esperando, muertos que completan estadísticas (nombres y apellidos conocidos con más o menos cercanía). Se viven duelos individuales y pocas explicaciones (dependiendo de si tu patología es compatible o no).

No hay motivos para la alegría: no se puede estar feliz cuando en el recuento de cifras diario puedes estar más o menos cerca de alguien fichado para siempre ya en los datos: todos estamos relacionados con todos. Es el castigo por estar vivo, es lo que pasa con los besos y los abrazos y los apretones y las conversaciones apasionadas. Después de todo esto, habrá que vivir de otra manera. Posiblemente peor. Dicen los que entienden que esto nos hará plantearnos muchas cosas. Pero, ¿la herida de una roca se cura con algo?

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