lunes, 6 de abril de 2020

Campamento



Soy yo, y los demás a mi alrededor. Soy un pozo de agua, y lo que me rodea es el campamento que me acompaña. Mi soledad tiene línea directa con la soledad de otros a un metro, a dos o a tres (según las distancias que se tengan que marcar). Mi aliento (mi aire húmedo que viaja) puede contener veneno, o no. Esto nadie me lo había advertido cuando llegué aquí. A este desierto de arena roja y piedras marrones. El aliento de los demás (palabras, sentimientos, amor) puede transmitirme una nube de enfermedad y muerte. La Madre Tierra está enfadada y si alguien abre la boca, puede ocurrir una catástrofe.

Respirar (lo más hermoso de la vida) se ha convertido, de repente, en un artículo de lujo. Lo que pudiera parecer normal, ahora mismo es un tesoro y una suerte. Un beso y un abrazo (la cercanía del otro) es hoy un peligro y un desconcierto en el que concurren todos los miedos del universo.

El proceso natural de la vida muchas veces se altera por un desequilibrio que te trastoca los valores que tenías grabados como evidentes. Todo es relativo. Ya no hay mañana, solo un páramo de angustia y desolación. En el que sobrevivirán los más fuertes. Soy un punto pequeño y muchos círculos a mi alrededor que me definen.

2 comentarios:

  1. Aprendamos. Y respiremos, aunque sea desde la ventana.

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  2. Y yo que creí que ibas a hablar del barrio de Campamento en Madrid. Mucho mas bonito lo que has escrito.

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